Luna llena que te encuentra
Tras oscuros nubarrones.
Que es el preludio del alba,
y con finos goterones.
Que de roció llenaran
Los pétalos de las flores.
Luna de plata cerniéndose
Sobre los seres del bosque,
de la sierra, el prado y el monte.
Influyendo en su naturaleza
Inquietando sus corazones.
Luna de halo de oro anillado
Que tormentas y temporales presientes.
No permitas que las tinieblas
De la tierra se hagan dueñas.
Y del hombre sus temores.
Luna se misericorde.
No dejes que las animas
Vaguen sin norte.
Que seas su guía
Hasta su morada eterna.
Luna líbranos de pensamientos,
malvados codiciosos y sin nombre
Tu que eres luna.
Faro de todos los hombres.
Alberto Fernández Antunez Octubre 2010
1 comentario:
La luna siempre es el asecho del errabundo, y del poeta, la dama más inexorable.
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