viernes, 7 de mayo de 2010

Aclaracion Jesucristo Superstar Alanis

En primer lugar, siento que un artículo, que en principio era para informar de lo acontecido en la tarde del sábado 27 de Marzo en la Iglesia, como fue la representación de una obra de teatro. Se haya convertido en un arma de enfrentamientos y de discrepancias tan inesperadas para mí, no sabia que tenia tanta importancia, elogiar un trabajo bien hecho y a la vez recordar y tratar de sensibilizar a una comunidad como la de nuestro pueblo, que al principio es como la espoleta de una bomba. Estalla y se vuelca con las fiestas que se realizan en el pueblo, pero que luego nos falta algo. Constancia en el tiempo. ¿qué fue de las Candelitas, de las Salas de Barrios, de los Tueros, primigenios artífices de la posterior Romería y sus Carrozas?






Siempre he alabado y alabaré lo que se hace en nuestro pueblo. Lo que me da pena es que tradiciones como esas se pierdan. Y que las pocas que aun nos quedan, que las cuidemos un poco más. Que no seamos tan pasivos, y que por ejemplo nos volquemos más en ayudar a nuestra propia compañía de teatro. Que con escasos recursos y gracias a gente como Soraya Falcón siguen adelante, no es que me haya olvidado de ellos. Por supuesto que no. Sino que el artículo iba dirigido a esa representación en concreto. Al igual que he escrito sobre los toros en Cataluña o sobre la nevada y el temporal que hemos sufrido este invierno. Si alguien se ha sentido ofendido les pido mis mas sinceras disculpas.





Pero ya que el eslogan de nuestro pueblo es SIÉNTELO, vamos a hacerlo pero de corazón, no quedándonos pasivos ante una Semana Santa en la cual, algunos de sus pasos son portados y paseados por las calles de nuestro pueblo por cuadrillas de costaleros foráneas, ¿Quién se siente orgulloso de eso? Yo al menos no.





Si el artículo ha removido conciencias, no me extraña, sabia que podía causar ampollas a mucha gente. Nunca ha sido mi intención ofender a ningún ciudadano de nuestro pueblo. Pero estando en una democracia como la que afortunadamente vivimos, me chirría que escudándose en el anonimato pidan la retirada, del artículo de la web del Ayuntamiento. Uno de los pilares primordiales de la democracia es la libertad de expresión, afortunadamente la censura forma parte ya de un tiempo pretérito de nuestra historia felizmente superado.





Yo motu propio. He solicitado que sea retirado el artículo de la web del Ayuntamiento. Pero no porque me sienta derrotado por las criticas. Sino para no encender la mecha, de forma involuntaria y que otras personas la aprovechen con fines personales. Y desprestigiar a quien escribe, por el mero hecho de hacerlo. Y para evitar el enfrentamiento entre pueblos hermanos. Que con sus diferencias al fin y al cabo nos unen a casi todos muchos lazos de sangre con ellos. Y hasta en las mejores familias hay rencillas y disputas. Pero desde el consenso y la unión podremos hacer patria. Que no es otra que nuestra querida Sierra Norte. Una comarca tan olvidada. Que si entre nosotros mismos no somos capaces de unirnos y levantarla. No van a venir de fuera a hacerlo.





Vuelvo a reiterar que no me arrepiento de lo que he escrito, porque no ha sido con interés de ofender, sino de abrir conciencias para que lo que tenemos perdure y no se lo lleven los vientos de la desidia y del aburrimiento.



Alberto Fernández, abril 2010



P.D. No hay que tener miedo a firmar las criticas es muy fácil esconderse en anónimos y seudónimos. Un poco de valentía no esta de más.

Jesucristo Superstar en Alanis


El pasado 27 de marzo tuvo lugar la representación teatral de Jesucristo Superstar en Alanís. Un musical basado en las últimas horas de vida de Jesús de Nazaret, pero visto a través de un prisma que para algunos puede resultar blasfemo. Pero nada más lejos de la realidad.
Este musical de los años 70, revolucionó la forma de mezclar música con religión, y lanzo a Camilo Sesto hasta cotas nunca antes conocidas por un incipiente cantante de la época, dándole renombre y fama internacional.
La compañía teatral de San Nicolás del Puerto, formada por más de 30 actores, demostró que en un pueblo pequeño de la Sierra Norte y prácticamente sin recursos, se puede, con tesón y trabajo, llegar a emocionar a una comunidad que para algunos actos es tibia, por no decir fría, como es la de Alanis.
Esta vez se obró el milagro. Las lágrimas de los asistentes se vieron correr en momentos cruciales de la representación, gracias a un Jesucristo, Santiago Caraballo, con gran fuerza sobre el escenario y con una interpretación que rozó la perfección.
Ni que decir tiene que, siendo todos actores aficionados, supieron interpretar su papel con maestría y la puesta en escena fue espectacular; la luz y el sonido convirtieron la Parroquia de Santa María de las Nieves en un teatro en toda regla, y con el beneplácito del público.
Se vendió todo el papel quedándose mucha gente sin entradas. Habiendo incluso solicitud de reventa por parte de algunos asistentes que, venidos desde todos los puntos de la Sierra Norte y de la Campiña Sur extremeña, estaban dispuestos a pagar más por una entrada por no perderse el espectáculo.
Desde aquí, sintiendo un poco de envidia sana, me gustaría emitir un aviso para navegantes al pueblo de Alanís que tanto se vuelca en sus fiestas cuando llega el momento, pero que no es constante en el tiempo (muestra de ello son las desaparecidas carrozas de la Romería en mayo, envidia antaño de toda la comarca y autenticas obras de arte para un solo fin de semana, como las candelitas en las vísperas de la Inmaculada Concepción el día 7 de Diciembre, y tantas otras), espero que cuando pasen unos años no nos ocurra lo mismo con las Jornadas Medievales.
Sería bueno que tomáramos nota de nuestros vecinos de San Nicolás, que llevan ya muchos años interpretando obras de teatro y todas ellas con gran éxito, y que con esta última están siendo solicitados por muchos para llevar la obra a sus localidades, incluso en Sevilla la representaron en la iglesia de la Anunciación. Desde aquí mi más profunda felicitación a todos ellos, e invitarles a que no caigan en el desánimo, ya que tienen el respaldo incondicional del respetable. Decirles, además que allá donde lo representan, gentes que ya la han visto una vez desean volver a repetir la experiencia de revivir la Pasión de Nuestro Señor, pero de una forma dulcificada en muchos actos, y emotiva y desgarradora en otros tantos. Felicidades.
Alberto Fernández

A vueltas con el clima


Sigo con mi particular batalla contra el cambio climático y retomo el hilo del articulo que escribí a finales del pasado octubre, donde hacía ciertas reflexiones acerca del comportamiento de la madre naturaleza últimamente.




Si lo recuerdan, era ya pleno Otoño y estábamos en camiseta y pantalón corto. Pero no quedó ahí la cosa; sufrimos unas temperaturas altísimas hasta la primera semana de Diciembre, tanto de noche como de día. Y como ya insinuaba en mi anterior articulo, de forma drástica y sin avisar, llegó el invierno, y lo hizo a mala idea. Con toda su crudeza y embistiendo cual Miura contra el capote de Morante de la Puebla en el ruedo de la Real Maestranza. Casi dos meses de intensas y continuadas lluvias, temperaturas, en algunos casos, llegando a rozar los fríos siberianos; vientos, tormentas…, y una nevada histórica el diez de enero, que ni los más antiguos del lugar recordaban una similar. Dejó estampas de indudable belleza para deleite de todos, pero nos incomunicó durante varias horas por carretera. Como era domingo, quedaron atrapados más de un centenar de visitantes que se tuvieron que alojar en casas de vecinos (prestos a socorrerlos), en el gimnasio y en otras dependencias municipales. No les quedó más remedio que pernoctar de la mejor manera posible hasta la mañana del lunes, en que se recuperó la normalidad.

Pues bien, es hora de extraer algunas conclusiones. Lanzamos la moneda al aire y sale cara (o lo que es lo mismo, beneficios): un manto verde de hierba fresca que llena de esperanza a los ganaderos de la zona. Por fin van a poder alimentar el ganado de forma natural y reducir los costes en piensos, recuperando así, en cierto modo, sus maltrechas economías tras haber tenido que mantener sus piaras durante muchos meses a costa del bolsillo. A su vez, regajos y charcas llenas, veneros manando agua generosamente, ahorrando el transporte con cisternas, cántaras o pipas.

Fuentes como la de Santa María, San Pedro, Las Pilitas, El Pilarejo y tantas otras, alegrando con su cadencioso soniquete el oído y con sus cristalinos chorros la vista de todo buen amante de la naturaleza. Esta es la buena cara del temporal, a Dios gracias.

Ahora demos la vuelta a la moneda y nos toca ver la cruz: destrozos en estos mismos campos. Sobre todo alambradas, cercas, muchas de ellas de piedras (centenarias algunas). Muchos carriles, caminos y sendas han quedado impracticables. Accesos a olivares, cortijos y explotaciones ganaderas o agrícolas en plena recogida de la aceituna, con el perjuicio que eso supone. Los jornales de los habitantes de un pueblo que sobrevive del campo y de la cosecha de la oliva, principalmente, perdidos en plena crisis. Por no hablar de los daños sufridos por el viejo colegio, que ha tenido a los niños una buena temporadita sin clases, y a la población en vilo con las arriesgadas y valientes demandas a las administraciones de un centro que lo sustituya.

Por todo esto, debemos poner los remedios suficientes para frenar la contaminación, la devastación, la destrucción de la naturaleza y así evitar que el clima sea tan extremo en sus comportamientos. Debemos dejar un planeta sano a nuestros hijos e hijas, como el que heredamos de nuestros abuelos. No apuntemos en nuestro expediente el demérito de dejar un basurero en lugar de un planeta, un mundo herido, podrido, enfermo... Pongamos los medios que estén a nuestro alcance para que esto no suceda, antes que la historia cuelgue en nuestro cuello la soga del remordimiento por nuestros actos y nos siente en el patíbulo como culpables de tanto desastre.







© Alberto Fernández Antúnez, febrero de 2010

El Dia de Todos los Santos y Los Fieles Difuntos (Vs, Halloween)

En agradecimiento a mi madre Palmira.








Diréis que qué significa ésta expresión. Para muchos jóvenes es posible que les suene a chino. A los mayores seguro que no. Es lógico, pues era una tradición de los que ejercíamos de monaguillos. Paso a relatar de forma breve en que consistía.



Cuando llegaba la segunda quincena de octubre, nos vestíamos de acólito y nos recorríamos el pueblo casa por casa. A la llamada de: "¿Se puede pasar?, venimos pidiendo los Santos para doblar los Difuntos",



cada cual nos echaba en una cesta de mimbre que llevábamos lo que buenamente podía ofrecernos (granadas, membrillos, chocolate, nueces, castañas, o cualquier otro tipo de viandas), para poder pasar la madrugada entre el uno de noviembre (día de Todos los Santos) y el dos (día de los Fieles Difuntos).



Una vez que caía la tarde del día uno, nos subíamos al campanario y comenzábamos a tocar las campanas a difuntos (un toque con el campanín de duelo y otro con la campana gorda) toda la madrugada.



Allí subidos, en buena compañía, los “monacillos”, como decían los mayores, encendíamos una candela para poder aguantar toda la noche, ya que en la torre y de madrugada, como se dice por aquí, caían buenas “pelúas”. Allí dábamos buena cuenta de los alimentos que habíamos recolectado los días precedentes. Eso nos mantenía en vela, para poder aguantar del tirón la amplia y gélida madrugada, entre cabezada y cabezada, broma y broma, y alguna que otra historia de miedo que hacía la noche más entretenida. Así, hasta la hora del alba en que se celebraba la primera misa para honrar a todos los difuntos de la localidad.



Pues bien, posteriormente, con el aire de los nuevos tiempos, se instaló el sistema eléctrico automatizado de toque de campanas y, como todo avance de la tecnología, mermó la mano de obra humana. Se dejó de subir al campanario a tocar manualmente y el número de monaguillos descendió hasta que, durante varios años, éste que les escribe, se quedó como el único que realizaba todas las funciones de atención a los cultos.



Con dicho motor, manejado desde un cuadro eléctrico colocado en la sacristía, se podían controlar todas las funciones de dobles, repiques, señales de misas. Así, poco a poco, comenzó el declive de esta tradición, hasta que finalmente, se perdió para quedar solamente en la memoria de sus actores.







Hoy día, con la globalización o más bien con la influencia de tradiciones tan distantes y distintas a las nuestras (las “Americanadas”, que es como yo las denomino) de unos años a esta parte nos han contaminado esta fiesta de calabazas huecas con forma de monstruos, con velas en su interior, disfraces de demonios y de cualquier suerte de muerto viviente, para festejar a su forma una tradición, Cristiana para nosotros y Pagana para ellos. La denominan “Halloween” o fiesta de los muertos. Más bien parece un desfile carnavalesco en pleno otoño que otra cosa mas seria. A mi parecer, esta festividad es merecedora de ser afrontada con un mínimo de respeto por los que ya nos faltan.



Corren nuevos tiempos. Mejores o peores que los que ya pasaron. Pero no distintos. Tenemos que adaptarnos a las nuevas corrientes, por las cuales la sociedad va discurriendo. Pero pienso que no debemos olvidarnos de nuestras tradiciones, ya muchas perdidas, y de las que nuestros mayores nos pueden hablar de forma mas fidedigna que yo, por edad y conocimientos.



Pero humildemente y desde la perspectiva de mis 37 años, he querido recordar en estas fechas tan cercanas, una tradición que, por ser monaguillo en aquellos años, me ha traido muy buenos recuerdos de camaradería entre los niños que formábamos el cuerpo de pequeños “Pillos de Sacristía”.



Con todo mi cariño y afecto a todos los que a través de los tiempos son, han sido y siempre serán, “Pillos de Sacristía”. Va por ellos.



Bueno y llegados a este punto, dirán que por qué dedico este artículo a mi madre Palmira, pues sin ir más lejos, porque cuando me quedé solo en el cargo, con unos once años, se pasó toda la noche de difuntos a mi vera en la sacristía. Siempre las madres pendientes de sus hijos. Estuvimos al cuidado de que no se parase el sistema eléctrico de toque de campanas ya que, en Alanís, el fluido eléctrico tenía y tiene muchas caídas por lo que había que arrancar nuevamente el mecanismo de toques.



Un millón de gracias por su compañía y por su apoyo. Que este escrito sirva de homenaje a las que, afortunadamente, aún tenemos con nosotros y en memoria de las que, por desgracia, ya no pueden estar a nuestro lado. Que Dios las bendiga, tanto aquí en la tierra como allá arriba, en el eterno paraíso de los justos.







© Alberto Fernández Antunez, octubre de 2009

¿El veranillo del menbrillo o cambio climatico?


En primer lugar y siendo lego en la materia, aunque me apasiona la meteorología, me viene al pensamiento si lo que está sucediendo en la actualidad es natural y normal.




Puede que todo sea debido a ciertos ciclos que cada cientos o miles de años suceden de forma espontánea.



Pero lo que me resulta extraño es que a las alturas de año en las que nos encontramos y concretamente en Alanís, siga sin caer una gota de agua; que las temperaturas que tenemos sean mucho mas propias de una primavera avanzada, casi veraniegas (digamos de unos finales de Mayo o primeros del mes de Junio) que de un otoño, como en el que nos encontramos ya inmersos.



Siempre y es de todos conocido, en el mes de Agosto, los que vivimos aquí o los foráneos que se acercan a la Feria, saben sobradamente que por la noche, en la Alameda del Parral, nos tenemos que llevar alguna chaqueta, chaleco o jersey para ciertas horas de la madrugada, porque el relente aprieta, por no decir en muchos casos el frío. Pues bien, este año nada de eso, más bien calor y en algunos momentos, quizás, hasta bochorno.



Lo que siempre he oído a los mayores (y de eso entienden mucho más que yo, porque la experiencia es un grado) que eso era normal, que no había que preocuparse, que aun faltaba que llegara el veranillo del membrillo.



Pero planteo esta pregunta y que cada uno saque sus propias conclusiones: ¿es propio el clima que estamos teniendo?



Que yo sepa, de pequeño cuando iba para el colegio, ya entrado el mes de Octubre, lo normal del atuendo eran: botas de agua, impermeables y, por supuesto, el paraguas. Y el día que no llovía, gorro de lana, guantes y chaquetón, aunque de vez en cuando se escapaba algún día suelto de calor (pero eso eran los menos).



Ahora planteo de nuevo la cuestión que nos ocupa. ¿veranillo del membrillo o cambio climático? Saquen ustedes sus propias conclusiones.



La mía la tengo bastante clara, hay algo que estamos haciendo mal. Le estamos haciendo daño a la madre Tierra. Y como todo enfermo está mostrando una sintomatología. Y para muestra un botón: la Primavera en sí, como tal, ya no es como antes y el Otoño tanto de lo mismo. Pasamos, de un día para otro, de ir por la calle en mangas de camisa a tener que sacar con urgencia la ropa de invierno; y viceversa, de ir con guantes y bufanda a tener que colocarnos las mangas cortas y las sandalias veraniegas.



Creo que por el bien de todos deberíamos mirar mucho más por la naturaleza, cuidarla, mimarla y respetarla. Dándole lo suyo. Tratando de consumir menos energía de la que usamos. De utilizar el transporte público, utilizar menos los vehículos privados y usar un medio de locomoción tan relajante y sano, como es la bicicleta.



Y si echamos un vistazo a nuestras queridas fuentes, como la de Los Caños o la Fuente de Santa María; y a nuestros regajos, dígase el de Los Coladeros y muchos más de los que existen en nuestro bello término; se constata que están secos, no brota ni corre una sola gota de agua que tanto beneficio nos hace y tanta vida nos da, tanto a las personas como al ganado que pasta en los campos, ahora casi desérticos, de nuestra bella Sierra Norte.



Y ya para poner punto y final, y recordando a Juan Luis Guerra en su gran éxito “Ojala que llueva café en el campo”; de momento yo me conformaría con que, al menos lloviese lo suficiente para salvar la cosecha de aceitunas y la montanera, para el engorde de nuestro buque insignia del ganado serrano. Nuestro incomparable cerdo ibérico, el rey de las dehesas que nos rodean y que tan ricos y delicioso derivados nos proporciona, como el inigualable jamón ibérico de bellota.



Dejo de nuevo la cuestión en el aire.... ¿veranillo del membrillo o cambio climático?



Juzguen ustedes mismos.











© Alberto Fernández Antúnez, octubre de 2008

En defensa de La Fiesta nacional


Sé y estoy concienciado de que estas letras van a levantar ampollas y de que me voy a granjear la enemistad de más de una persona que se pueda dar por aludida por lo que voy a escribir a continuación.


Corridas de toros sí o corridas de toros no. Pero siendo un humilde aficionado a este “arte” tan alabado por sus defensores y tan denostado por sus detractores, me da vergüenza ajena que sé esté debatiendo en el Parlamento Catalán la prohibición de la Fiesta Nacional. Quizá por esa denominación, y no por un amor infinito a la figura del toro es por lo que quieren quitarla del medio. Es que todo lo que suene a español allí le chirría en los oídos a cierta clase política. En vez de preocuparse en sacar adelante otras leyes más productivas para la región y que ayuden a paliar la crisis en la que nos encontramos inmersos, siendo como son una de las autonomías más beneficiadas por los presupuestos generales del estado, se entretienen en abrir un debate, que en mi opinión, es para marear la perdiz y apartar la mirada de la ineptitud de su gestión como políticos pagados por el resto del territorio nacional.

Ahora les formulo esta pregunta: ¿no les gusta el jamón o un buen chuletón de ternera a esos que están tan en contra de algo tan arraigado en nuestra cultura desde tiempos inmemoriales, que ya desde que los romanos poblaron Hispania hay constancia de festejos con dicho animal?; pues bien, cualquier cerdo o cualquier ternero sufre mucho más estrés en el transporte, así como en su sacrificio, ¿Y no reparan en eso al ponerse en la mesa ante dichos manjares? ¡Cuanta hipocresía por Dios!

El toro bravo subsiste hoy día gracias a su lidia en la plaza de toros, ya que, morfológicamente, esta especie no es rentable para su comercialización por los costes que supone su mantenimiento. Es el rey de la dehesa, desde que nace hasta que llega a la plaza tiene las mejores tierras, los mejores pastos, mejor atención veterinaria que cualquier otro ganado. Por no decir que es una celebración extendida por medio mundo, copiada de nuestro país y defendida con más vehemencia que en parte del nuestro propio.

Hay que recordar que es el único animal que se puede ganar el indulto en la plaza, demostrando su bravura, su nobleza y sus ganas de luchar. Cierto es que pueden parecer crueles las suertes por las que ha de pasar, pero veo más cruel poner en riesgo la vida de un menor para culminar un castellet de muchos metros de altura, con riesgo de una caída fatal. Hay que recordar que la obligación del toro es coger al torero y la del torero acabar con el toro. Es una lucha de poder a poder, que cuando el matador se va a los medios a ejecutar su faena está a solas con uno de los animales más poderosos, capaz de reventar las tablas de un burladero con un solo golpe.

Este tema da para mucho pero por desgracia este espacio es limitado y no se puede hacer una disertación en toda regla. Pero es una lástima que una nación se quiebre por mor de no sé qué independentismo absurdo, capaz de utilizar algo tan reconocido por escritores, poetas, pintores, cineastas, etc., a lo largo de la historia. Que se lo digan a Goya, Picasso, Lorca, y tantos y tantos que han venerado esta singular expresión de nuestra cultura, dentro y fuera de España. Si Ernest Hemingway levantara la cabeza.


Alberto Fernández Antúnez, marzo de 2010